La Llamada Telefónica : (Capítulo 39)

El té de la mañana y el mensaje

Mientras me sentaba fuera con una taza de té, todos los perros saben que no pueden desayunar hasta que mamá haya tomado al menos dos tazas de té; otra vez estaba mirando al vacío.

Entonces sonó mi teléfono; era Kerry. “Mamá, la señora a la que llevé los bombones ha leído mi mensaje, uno simple, dándole las gracias por ayudar a mi madre y esperando que esté bien, etc., y no ha respondido. Mamá, ella lo tiene,” sollozó. “Cariño, sé que todo esto es un juego mental; son todos unos cabrones, estoy de acuerdo, y hoy saldré con todos los perros y caminaré arriba y abajo por su camino,” le respondí.

Sospechas y silencio

Es curioso cómo creemos que todo el mundo debería reaccionar igual que nosotros en una situación. Ella nunca aceptó mi solicitud de amistad ni respondió a Kerry. Siempre le he dicho a mi hija que menos del 10% de la gente en el mundo tiene compasión, moral o sentido común. Pero como nuestras mentes se estaban volviendo detectives, no podíamos controlar los pensamientos, así que aunque Kerry sabía que George no estaba en su casa, su comportamiento generó aún más sospechas, y volvíamos al punto de partida, solo por no responder un mensaje.

Kerry me contó que el tío Andrew está agotado y que está en Bristol lidiando con el lunático que se había casado con mi padre. Al parecer, había mierda de perro por todas partes, y como tenía una visita, condujo cinco horas para limpiarlo.

Kerry tenía que irse al trabajo, nos despedimos y todo empezó a sentirse tan surrealista que solo podía pensar: por el amor de Dios, ¿por qué está pasando todo esto?

La llamada de Claudia

Luego me puse a preparar los pedidos del día, y cuando llegué a casa, vi una llamada perdida de Claudia.

Así que la llamé, y contestó de inmediato. Empezó casi a llorar, y luego, muy bajito, me dijo: “Christine, tienes que tomar una decisión muy difícil.” El tono de angustia en su voz era tan preocupante, y esto fue lo que me contó.

“Christine, un hombre me llamó y me explicó que el perro de su hija había muerto, y que un hombre se le acercó con un perro idéntico al de su hija, así que lo compró. Pero ahora se ha dado cuenta de que ese perro es definitivamente George. Está dispuesto a devolvértelo, no por la recompensa, sino si le transfieres 50 euros, te lo devolverá.”

“Ay Claudia, por eso te quiero. Envíame el número, lo buscaré en Google. Es una estafa, te lo prometo,” le dije. No necesitó enviarme el número; me volvió a llamar.

“Christine, ¿cómo lo sabías? Oh Dios mío, busqué su número en Google y ha hecho esto antes con muchas personas,” me dijo. “Claudia, he aprendido mucho con todo esto y, básicamente, me estoy volviendo casi tan lista como nuestra Julie,” le respondí.

Viernes, compras y una nueva publicación

Luego me reuní con Claudia para pasear a los perros, y nos reímos un buen rato, aunque todavía creo que no logra entender lo real que sonaba ese hombre.

Era viernes, así que fui de compras. Luego le mandé un mensaje a Gordon: “¿Te apetece jamón, huevo y patatas mañana?” “Sí,” respondió.

No estaba lista para tener compañía esa noche, seguía en un estado mental confuso; ¿dónde voy cuando necesito pensar? ¿Por qué la señora no respondió a Kerry? ¿Quién tiene a mi bebé?

George sigue desaparecido

Era momento de escribir otra publicación en Facebook, y esto fue lo que puse:

“GEORGE SIGUE DESAPARECIDO”
Villa Franco Coín (Málaga)

Con el paso de los días no se vuelve más fácil; en realidad la preocupación va en aumento. Me preocupa tanto George que duele físicamente.

La última vez que tuve a George en mis brazos fue el domingo 18 de febrero; su pelo era tan suave, tan grueso, tan limpio y tan brillante. George tiene 10 años y está empezando a desarrollar cataratas, así que le doy pasta dorada con su cena. La persona que tiene a George no sabrá nada de sus ojos ni de su corazón enfermo. Me rompe el alma pensar que los últimos días que le queden de vida los pasará sin mí.

Decidida a encontrarlo

No dejaré que esto ocurra. Lo encontraré, George me está esperando, y seguiré hasta hallarlo. Alguien sabe dónde está George. Seguiré con mis carteles, seguiré tocando puertas. Seguiré haciendo mis carteles de palet cada vez más grandes y mejores.

La próxima semana: radio, periódicos y enormes vallas publicitarias.

“GEORGE, TE ENCONTRAREMOS, CARIÑO.”

Las fotos y la realidad

Después de publicar la publicación y servirme una copa de vino, pasé la noche otra vez revisando todas las fotos del cuerpo sin vida. Solo deseaba ver algo que pudiera demostrar que era él, pero nada era 100% seguro.

“¿Mamá?” “Sí, cariño,” respondí. “El hombre se llama William y sigue llamando a George ‘Mr George’,” dijo. “Gracias, cariño,” respondí.

Empecé a tener los pensamientos más horribles, volviendo al escenario del perro muerto; ¿y si el NCBH lo soltó y él estaba tan desorientado que no pudo encontrar el camino a casa, y realmente ese es su cuerpo? Nuestra Julie había dicho que el cuerpo parecía haber muerto solo una semana antes. Esto me estaba destrozando la mente, porque vimos el cuerpo cinco semanas después de que desapareciera. Sé que suena extraño, quizás un poco cruel, pero para mí, si supiera que era George y que murió unas horas después de desaparecer, podría sobrellevarlo.

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