George, mi guía desde el cielo – Cómo honrar y recordar a una mascota fallecida

George, mi guía desde el cielo – Cómo honrar y recordar a una mascota fallecida

George, mi guía desde el cielo: cómo recordar y honrar a una mascota fallecida

En el blog anterior compartí con ustedes la historia de George, mi primer amor perruno. Hoy quiero seguir hablando de él, porque fueron tantos los momentos y decisiones importantes que viví a su lado, que es imposible resumir su huella en una sola entrada. En esta ocasión quiero contar por qué decidí no castrarlo y cómo eso, lejos de ser una decisión impulsiva, fue una muestra de amor y cuidado profundo.

George era un chihuahua grande, negro, con un pelaje corto y brillante. No tenía los ojos saltones tan comunes en su raza, era fuerte, compacto, y sus pelos negros se metían por todas partes: en mi cama, en el sofá, incluso en el lavabo del baño. George tenía un carácter nervioso. Cuando fui a recogerlo por primera vez, un niño lo paseaba por la casa como si fuera un avión. Desde entonces supe que había tenido un inicio difícil, y eso dejó huella en su temperamento. Nunca le gustó salir a pasear. De hecho, se negaba rotundamente, y sobre eso les hablaré más en otro blog.

Un día lo llevé al veterinario porque siempre tuvo el estómago sensible. Tras una revisión me dijeron que tenía el corazón agrandado. Como era mi primer perro, hice exactamente lo que me indicaron: me recomendaron castrarlo. Sin embargo, algo no me convencía. Empecé a investigar y descubrí que la castración no garantiza que el perro deje de montar ni que se calme. Lo único seguro que ofrece es que no podrá reproducirse y que elimina el riesgo de cáncer testicular. Por otro lado, también existen riesgos: si se castra demasiado joven, puede haber problemas articulares y mayor propensión a otros tipos de cáncer en la vejez.

Con su condición cardíaca, la idea de someterlo a anestesia me parecía demasiado riesgosa. Así que decidí no castrarlo. Y no me arrepiento. George vivió diez años con una energía increíble. Nunca tuvo problemas de articulaciones, ni respiratorios. Y sinceramente creo que si no se hubiera perdido aquel 18 de febrero de 2018, todavía estaría conmigo hoy. Tengo otro chihuahua, Steve, que ya tiene 16 años y aún corre feliz por la casa. Eso me confirma que tomé la mejor decisión.

¿Cómo hacer un recuerdo de mi mascota fallecida?

Cuando George desapareció, sentí que me arrancaban una parte de mí. Pero también despertó en mí una necesidad: encontrar una forma de tenerlo cerca, de hacer algo que lo representara. Así nació mi proyecto Concrete Paws. Empecé a crear huellas conmemorativas de cemento, inspiradas en él. Cada diseño es un pequeño homenaje. Una forma de transformar el dolor en algo tangible, que me permita tocar su recuerdo cada día. Así es como tú también puedes hacer un recuerdo de tu mascota fallecida: creando algo que la represente. Puede ser una huella, una piedra, un collar enmarcado, una carta... algo que mantenga viva su memoria.

¿Cómo puedo recordar a mi mascota fallecida? Esa es una pregunta que me hacen a menudo. Para mí, recordar a George va más allá de mirar fotos. Hablo con él. Lo siento en los momentos tranquilos. A veces aparece en mis sueños, otras veces lo siento en el aire. Lo recuerdo haciendo pequeños rituales, encendiendo una vela o incluso mirando un rincón donde solía dormir. Tener un objeto conmemorativo ayuda mucho. Por eso, las huellas que hago no son solo decoración: son parte de mi conexión con él.

¿Cuándo nos visitan nuestras mascotas fallecidas? En mi experiencia, vienen cuando más los necesitamos. Cuando el corazón está abierto, cuando el silencio nos rodea y cuando sus recuerdos nos inundan. He sentido a George en momentos de tristeza, en decisiones difíciles, incluso cuando creo que no puedo más. También he notado cómo mis otros perros se quedan mirando un punto fijo, como si vieran algo. No tengo dudas: nuestras mascotas regresan, de alguna forma, a hacernos sentir su amor.

¿Cómo puedo comunicarme con mi mascota fallecida? No se trata de palabras audibles ni respuestas claras. Se trata de sentir, de permitirte hablarles desde el alma. Yo le hablo a George como si estuviera aquí. A veces en voz alta, a veces solo con el pensamiento. Y siento su respuesta en pequeñas señales: una sensación en el pecho, un recuerdo que llega de repente, un olor familiar. La conexión que tenemos con ellos no termina con su partida. Cambia de forma, pero nunca desaparece.

Cada blog que escribo es parte de este homenaje que le hago a George. Él fue quien me inspiró a crear mi negocio, y aunque me duela profundamente su ausencia, trabajar en mis diseños me acerca a él. Hoy quiero compartir contigo un video sencillo pero lleno de significado. Se titula: concretepaws video lapida para perros conmemorativa personalizada. En él te muestro un diseño de lápida conmemorativa que puedes colocar en tu jardín o dentro de casa, sobre un soporte. Es de tamaño real y está pensado para reflejar el amor y respeto que sentimos por quienes ya no están físicamente con nosotros.

Puedes ver el video dentro de este blog y también conocer más sobre el producto 

concretepaws video lapida para perros conmemorativa personalizada

y cómo hacer tu pedido aquí:
https://www.concretepaws.es/products/lapida-conmemorativa-personalizada-para-mascotas

Gracias por acompañarme en esta historia. Si tú también has perdido a una mascota, espero que estas palabras te ayuden a encontrar consuelo y formas hermosas de mantener viva su presencia. George sigue siendo mi motor, y me emociona compartir su legado con quienes también entienden lo que significa amar a un animal con todo el corazón.

Regresar al blog